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Desde mi rincón tanatológico.

DE CARA A LA MUERTE

Desde mi rincón tanatológico. 

De cara a la muerte 
 
 

     Habían sucedido muchos acontecimientos en esos días,  tales como ser invitado en un canal de televisión local para hablar de la eutanasia, tener un taller en la universidad acerca de manejo de Duelo, etc. Y obviamente el manejo diario de una consulta Tanatológica, en una institución como el IMSS es de verdad atareada y rica de experiencias. En este marco estuve llevando el caso de un personaje importante en la fundación de la Universidad de Baja California hecho relevante y que por las circunstancias me vi comprometido a asistir al funeral, un tanto cuanto por apoyo a la familia, pues en el proceso fui creando afectos y otro tanto, para observar el trabajo de manejo de duelo anticipatorio desarrollado en el transcurso de los tres meses en que vimos como poco a poco el cáncer de colon fue disminuyendo las capacidades de mi paciente, así como consumiendo lentamente su organismo hasta vencer el ultimo halito de su vida, arrastrándolo hacia la inexorable  muerte.

     Y bien, en  un momento dado me encontré de frente con un féretro, que aunque era de buenísima calidad, no dejaba de representar la finitud de la vida, de todas las vidas y de mi vida.  Sentir lo frágiles que somos ante esta única verdad, sin importar lo que hagas o dejes de hacer y lo que hayas escalado o crecido durante tu estancia perenne en este mundo.

     Me fui acercando poco a poco, distraído a veces por los saludos de algunas personas y por las condolencias que iba prodigando a los familiares  de mi paciente. Me detuve un poco para abrazar a la viuda y hacerle sentir que era importante para mi asistir a aquel rito de despedida, pues es uno de los momentos de mas soledad aunque nos encontremos rodeados de mucha gente y por el lazo afectivo que se había creado durante la terapia, sabia que reconfortaría a aquella solitaria alma atormentada por el abandono de su espejo espiritual de 40 años de matrimonio.

      Poco a poco llegue al borde del féretro hasta ver ese rostro familiar ya, pero inanimado, tratado de parecer natural a base de polvos y ceras que en un momento dado parecía hasta grotesco, y por otro lado  exagerado de polvos, tratando de ocultar la realidad del momento. Me asalto el pensamiento; ¿bueno y porqué debe de preocuparme la muerte ajena?. Si bien como medico, me afano al extremo a salvar la vida, luego si me importa la vida humana. Y si  la vida como única realidad esta acompañada desde su brote a este mundo, de su propia muerte. ¿Debe de importarme también la muerte de cualquier ser humano?.

  Debería entonces de aceptar la premisa de que la muerte es la forma mas clemente de la vida, que es una advertencia de afuera hacia adentro, de un silencio que no responde y que de esa manera me aterra.

     Ese rostro inexpresivo que ayer me pronunciaba sus miedos, y me encargaba el sufrir de su familia, hoy ya no quiere abrir sus parpados   para dejarme ver aquella mirada profunda, serena, del que sabe que se esta despidiendo y a llenado de obras sus manos para ofrecérselas al Creador, y su repuesta aplacible cuando le pronunciaba un proverbio egipcio que dice “por que preocuparnos de la muerte si cuando ésta llegue, ya no estaremos allí para recibirla” y ni siquiera sabremos si duele, si hay silencio o desesperanza, seremos seres de otra dimensión, de otro espacio y ya no estaremos habitando esta casa imperfecta llena de dolor y ahora de cáncer.

    Que desnudo esta el rostro de todos, más desnudo que la desnudez misma. O ¿no es acaso por nuestra mirada que nos abrimos al amor, o por nuestra expresión que los demás se dan cuenta de nuestros estados de animo, o bien nos escrutan los expertos en el rostro la culpabilidad, o nuestros padres la inocencia o el miedo?. Pero y este rostro inexpresivo, duro como tallado en madera, rígido como la textura del cuero curtido, ¿que me dice, que me reprocha?.No pensara en reprocharnos su muerte, o no somos nosotros como sociedad responsables un poco de esas muertes; del niño desnutrido de  Chiapas, del obrero que muere en un absurdo accidente por falta de educación, de los ancianos que no tienen para comprar sus medicinas, de los niños de las calles. Pero ¿y que hago para resolver esto?, o acaso ¿solo gravito en este mundo entendiéndome solo de lo mío?, ¿protegiendo a mi familia?, ¿adquiriendo bienes?.

     Esa barbilla tan altiva es el ultimo reducto de la altivez de este hombre emprendedor, que se comprometió ante los demás y con los demás para mejorar todas las condiciones que estaban a su alcance y crear una metamorfosis social que nos comprometiera con las muertes de los demás, con todas las muertes, pues de esta manera, mi propia muerte no pasara desapercibida. Y así tendremos alguna postura final, o bien habrá veneración y respeto como un tesoro o bien daremos rienda suelta a nuestro rudimento y pobrezas filosóficas, espirituales y humanas dejando salir de nuestras entrañas la depredación y  la rapiña.

      En ese féretro elegante y frió rodeado de toda clase de pasiones, emociones y sentimientos, existe una crisálida que con un tesoro de hechos  e historia lo mantiene tibio y apurando un poco, se que es un crisol de donde saldrá una bella mariposa que nos estará diciendo, ¡no teman a la muerte, vivan día a día su vida de manera correcta, enriquézcanla con valores y acciones que al fin y al cabo es el ejemplo a seguir! ahora yo ya soy un ser espiritual, espero haber dejado un buen ejemplo para que sea digno de seguirse y aunque dejo dolor a mi partida dejo el bálsamo de la aceptación  para que al transformar mi recuerdo, enriquezcan sus vidas, y mejoren sus obras.

      Al entender todo esto y haber entablado un dialogo silencioso, comprendí que ese tiempo ya no era mi tiempo, me di la media vuelta pudiendo solo así separar la vista de aquel rostro desnudo que en tan pocos momentos me había hecho reflexionar en cosas que antes no había pensado tan profundamente. Deposite un beso en la mejilla de la viuda y me aleje, no sin antes mirar de reojo hacia el féretro para despedirme en silencio de aquel hombre tan  visionario que aun desde su propia muerte me seguía enseñando. 
 

                                Dr. José Octavio Gallardo Anguilera

                                Tanatólogo

                                Clínica 20 IMSS

                               Instituto de Apoyo Emocional.

                                Tel. 682-19-65- y 044-664-204-29-64

¿UN SIMPLE SECUESTRO?

Tijuana B.C  a 22 de oct. 2006.

Desde mi rincón tanatológico.

¿Un simple secuestro?

    ¡UHF! Válganme la expresión, pareciera que las noticias diarias ya no nos calaran o nos sorprendieran. Cada vez que se abre un periódico, se escucha la radio o se entabla una conversación en la calle o en un restaurante, el tema de conversación es el secuestro, y hacemos que nos importa o que nos sorprende, pero realmente me pregunto si esto sucede en realidad, estamos sensibles a dichas notas, o solo cubrimos las apariencias o seguimos la charla solo por morbo? Muy en mi interior quisiera que esta ola de eventos solo fuera un sueño o una oleada de moda y que en un momento dado desaparecerá como vino, pero es muchísimo mas serio que eso, y no es que este inventando el agua tibia o el hilo negro, no  señores, este es un fenómeno social que se viene dando en múltiples sociedades del mundo y por diferentisimas causas. En algunas latitudes se realizaron los secuestros para hacer notoria alguna postura ideológica, en otras, se realizaron para mantener algún movimiento armado pro liberación de algún pueblo o para derrocar algún gobierno tirano, y muchas otras razones, pero como que había algún código no escrito, ya que se pagaba el rescate y san se acabo, cada quien a lo suyo y aun que se pagaba el precio de las alteraciones psicológicas y económicas de la familia, no se tenia el temor de un evento secuencial.

     Hay sociedades que tienen décadas viviendo este flagelo y ya hay toda una cultura al respecto, hay negociadores, terapeutas, investigadores, perfilografos del secuestrador, etc., etc., incluso los psicólogos que viven en dicho país y otros, como la antigua Yugoslavia o la Unión Soviética, son los mas avezados en estos temas y son los grandes ponentes en los simposios internacionales acerca del secuestro y el secuestrado, con todas las repercusiones tanto para el, como para la familia. Pero esto va evolucionando y lo que ayer fue algo hasta romántico, en la actualidad hay entrenadores internacionales para realizar secuestros con el fin de desestabilizar a algunos países, y a pesar de pagarse los montos exorbitantes que se solicitan para la supuesta liberación de la victima, los asesinan con una saña inaudita y no solo esto, sino que se ha roto cualquier código de ética, llegando a secuestrar niños, mujeres incluso inválidos o enfermos, llegándolos a decapitar, como enviando un mensaje de lo que se es capaz, atrapando a la sociedad en un secuestro colectivo, que en circunstancias de guerra se podría denominar terrorista. 

     Ahora bien, la serie de cambios, desde el punto de vista psicológico, que sufre el sujeto que es privado de su libertad, como el cambio que sufre la familia del mismo, será un poco el tema de este articulo, ya que el tema por si solo da para escribir libros, ya que tiene un sinfín de aristas por donde desglosarse. 

     Comenzaremos por el entorno; sabemos pues que la industria del secuestro en nuestra región esta dada por grupos que se dedican al  pago de plaza por  ser, esta, una frontera de paso de estupefacientes, hacia los Estados Unidos, pero por un mucho, se ha quedado esta plaza como un mercado muy apetecible para la venta y consumo, ya que es una población de casi 2 millones de habitantes y con condiciones de desarraigo muy importante, hecho que da  puerta a la desesperanza y a la ansiedad. Este asunto del secuestro se ve magnificado puesto que el Estado no ha mantenido la mano firme dando cabida a la incertidumbre y a la impunidad, por lo que se ve influida por el delincuente común que a la luz de los hechos, se atreve a sumergirse en este mundo que solo refleja mayor estado de angustia social.

      Un hecho que se adhiere a la tragedia en si, es el flagelo del secuestro que se vuelve social y solitario, es decir la violencia social esta culminando en un acto deleznable, como es el secuestro, sale en las noticias todos los días, lamentamos que esto este sucediendo y nos angustia de manera colectiva que se de con la frecuencia que se esta dando y con los resultados tan detestables y lamentables, pero a su vez es una lucha individual o familiar, pues por el temor a perder la vida de nuestro ser querido, evitamos la denuncia o bien dar parte a la  autoridad y por ende a la sociedad y por esta razón se vuelve una lucha solitaria entre el miedo y la sin razón, donde varios de los derechos humanos se ven violentados y el rector que es el proveedor de seguridad y bienestar, no lo esta logrando a cabalidad, en este caso el Estado.

     Este hecho genera “el miedo”, pero ya con personalidad, un latir constante dentro del pulso de nuestra ciudad que esta minando todas sus arterias y es un hecho que los integrantes de nuestra comunidad salen a sus trabajos con ese temor internalizado, es decir, el propósito de desestabilizar y aterrorizar se esta logrando poco a poco. Aquí cito un artículo Colombiano, escrito por la sicóloga Olga Lucia Rodríguez y que a la letra dice:  

El miedo al secuestro, fundamentado en hechos reales, se convierte para los individuos en la prueba plausible de la capacidad de trasgresión del agresor. El secuestro parece anunciar a la opinión pública, que es a través de actos contra la población civil como se juega a la violencia, convirtiéndose para la sociedad en el instrumento de presión y de disuasión, que cada delincuente utiliza para avanzar en su propósito. (Suárez 2002)2. El miedo generalizado a vivir esta situación repercute igualmente en la salud mental de la población en general, ya que como Lira (1991) plantea: “El miedo se genera en la subjetividad de sujetos concretos, y como tal es una experiencia privada y socialmente invisible. Sin embargo, cuando miles de sujetos son amenazados simultáneamente dentro de un determinado contexto político y social, la amenaza y el miedo entran a caracterizar las relaciones sociales, incidiendo sobre la conciencia y la conducta de los sujetos”3.

     El  individuo como tal registra el secuestro como una catástrofe superior a sus fuerzas, superior a su capacidad de adaptación y que supera con mucho sus experiencias previas, lo que lo hace sumergirse en una crisis muy intensa que en la mayoría de las ocasiones hace que sufra de manera muy profunda la personalidad del “YO”, es decir la esencia misma de la persona se ve en crisis. Esto se da por la impotencia para defenderse y defender a su familia, por la violación de los derechos fundamentales de la sociedad, en diferentes estudios realizados por la fundación País Libre de Colombia, muestran que el secuestro es un evento altamente traumático, no sólo para el secuestrado, sino para sus familiares, el contexto laboral y la vida colectiva; el aislamiento, la frustración, la rabia, la pérdida de confianza, la impotencia y los sentimientos de venganza, son realidades frecuentemente experimentados por las víctimas de secuestro, máxime cuando los niveles de impunidad son tan altos (Aproximadamente el 80% en los casos de secuestro); en estos casos la privación de la libertad, coloca a diferentes grupos de población en una situación de extrema indefensión e incertidumbre con relación a la vida. En relación con personas que han vivido la situación de secuestro, la experiencia clínica ha demostrado de modo recurrente, que los temores persecutorios provocan hiperreactividad a estímulos que asemejan la situación vivida; en muchos casos esta reactividad, o bien provoca conductas autodestructivas, o de agresión externa (hacia otros), de tal manera que la no canalización de esta agresividad y la generalización de los estímulos externos percibidos como altamente amenazantes, puede llevar a la reproducción de la experiencia de sometimiento vivida, vertiéndola hacia su familia o circulo de influencia, llámese trabajo o empresa, experiencia que se registra de manera subconsciente en la situación traumática (secuestro).

     El secuestro es visto como un hecho violento altamente traumático, que amenaza la integridad física del individuo y genera una respuesta emocional de temor, miedo, desesperanza y horror. El individuo se ve repentinamente privado de su libertad. La amenaza constante a la vida, la posibilidad de ser expuesto a tortura, violencia física o verbal, la carencia de recursos mínimos de higiene personal, la privación del movimiento, hacen de ésta una experiencia límite bastante compleja.

     Ahora bien, durante el cautiverio, los miembros de la familia se ven en la necesidad de modificar sus funciones y empezar a desempeñar tareas que normalmente eran propias de quien está ausente.

     En el caso del secuestro extorsivo, la familia es tanto víctima indirecta como directa de este evento traumático y es igualmente sometida a la amenaza constante contra uno de sus miembros. Viven en un constante sobresalto, esperando ansiosamente que los secuestradores  se comuniquen con ellos para saber que su familiar esta con vida, ya no bien o con salud siquiera, sino solamente vivo, pero temiendo, a su vez, escuchar el timbre del teléfono pues se sabe que no se podrán cubrir las exigencias del secuestrador y se teme de manera instintiva, a la negociación, pues el no lograr cubrir el perfil que el secuestrador desea, puede resultar en la perdida de la vida del familiar.

      En el caso de los cambios de tipo psicológico que sufre el secuestrado, sobre todo la frustración de no poder hacer nada y estar a merced del capricho de alguien que se considera, esta usurpando la vida y toda la capacidad de decisión de su propia victima, se vuelve en una serie de síntomas que se manifiestan tanto en el cautiverio como en el postcautiverio y así tenemos. 

CAUTIVERIO                                             POST-CAUTIVERIO

Ansiedad Fóbica                                            Ansiedad Fóbica

Obsesión – Compulsión                                 Obsesión – Compulsión

Depresión                                                       Depresión

Síntomas Sicóticos

Problemas Psicosomáticos

Ansiedad Generalizada

Paranoia -hipervigilancia                                 Hiperreactividad 

     Todos estos cambios suelen permanecer por mucho tiempo, aun que sea atendida la victima por un terapeuta avezado en el tema, y también tenemos que mas del 10% de las familias entrevistadas, se han distanciado de su familia extendida, por las posibilidades de ayuda negada o retardada, y al enfrentarse de nuevo con la victima de secuestro, se redimensiona el valor de la amistad o del parentesco. Muchas veces la victima soporta la crisis a pie firme evocando recuerdos y valores anteriores al evento, y al comprobar que estos no existen o son muy débiles,  el desengaño aunado a las secuelas mismas del secuestro hace que se tienda una barrera que es infranqueable por muchísimo tiempo, y en ocasiones estas familias nunca se vuelven a comunicar.

     El secuestro genera un reordenamiento en la escala de valores, ya que pone al secuestrado y la familia en contacto con la posibilidad de muerte y recuperación al mismo tiempo. Esta experiencia es vivida como un “morir” y resucitar, y en algunos casos, conduce a restarle valor a lo material, e imprimirle mayor importancia a lo espiritual y lo afectivo. De otro lado, el secuestro confronta sobre la situación política y social del país, y el lugar que cobran los valores dentro de la misma.

     LA IMPUNIDAD EVOCA LA HUELLA DEL VICTIMARIO; REACTIVA EL TRAUMA Y LA RABIA. RECRUDECE LA POLARIZACIÓN Y LA JUSTICIA DE MANO PROPIA.

     En la liberación de la victima encontramos muchísima dificultad para la readaptación a su nuevo estado de vida, pues se trata de cambiar  la etiqueta de secuestrable, cambiándose de residencia e incluso de ciudad, o en nuestro caso , las personas están emigrando fuera de nuestra frontera, llevándose las fuentes de trabajo, los capitales y sobre todo la mala fama de nuestra ciudad a otras latitudes.

     Bueno, creo que es insuficiente este espacio para tratar de describir todo lo que implica “un simple secuestro”, y las secuelas de este flagelo que poco a poco esta destruyendo la armonía y la paz social dejando entrever el grado de descomposición de la estructura de gobierno y la falta de valores de nuestra sociedad y si no tenemos el valor en lo individual y en lo colectivo, esta manifestación mayúscula de la violencia, terminara por destruirnos y trastocando todo, acaso nuestras propias vidas.  

Si tiene algún comentario puede hacerlo a:

instati@hotmail.com.

DEPRESIÓN POSPARTO

Tijuana B.C  a 10 de oct. 2006.

Desde mi rincón tanatológico.

Depresión posparto.

    Una de esas tantas veces que va uno a los hospitales a trabajar asistiendo a algún cirujano para cualquier procedimiento, me acerque a la central de enfermería para tratar de entablar conversación con la enfermera encargada y pasar el rato mientras llegaba el equipo quirúrgico y comenzar la tarea de ese día, pero me llamo la atención que al acercarme a dicha central y pasar al frente de un cuarto cuya puerta estaba abierta, vi a una mujer mucho muy delgada, joven, pero con un aspecto muy deteriorado, por lo que me atreví a preguntarle a la enfermera que cual era su diagnóstico, en un momento pensé que me diría que se trataba de una paciente con anorexia nervosa, de esas que dejan de comer  por no tolerarse gordas o por estar a la moda y que de inicio lo pueden controlar, pero al paso de algunos meses o años rompen con el equilibrio fisiológico del hambre y después ya no saben como remediarlo y es necesario internarlas para darles alimentación por sondas y me acorde de Karen Carpenter, esa cantante tan famosa en los 70s, que murió muy joven precisamente por evitar estar gorda y lo sorprendente era, que ella nunca estuvo con kilos de más, solo era una apreciación compulsiva y trataba a toda costa de  estar delgada, en fin. Pero regresando al relato, lo que me sorprendió es que esa mañana había pasado muy temprano el psiquiatra y había hecho el diagnostico de depresión posparto.

     Llegó mi equipo y entramos al quirófano a operar a una joven que se había enfermado de la vesícula y aunque fungía como anestesiólogo, no me podía separar la imagen de esa mujer caquéctica (mucho muy delgada) y que hacia muchos años no había visto grado tal de desnutrición. Al final de la cirugía y estando en el descanso medico, llego un internista que estaba a cargo de la paciente y como lo conocía, me atreví a preguntarle que de que forma había llegado a tal grado de enfermedad su paciente. Me platico que le acababan de hacer la interconsulta, y le había comunicado el ginecólogo, que hacia ocho meses había tenido un producto de sexo masculino y que días después había comenzado a rechazar al pequeño y después a tratar de hacerle daño, por lo que la separaron de el y poco a poco se fue haciendo taciturna, huraña, dejando de comer y casi sin dormir, y que como era de una ciudad cercana a Ensenada, tardaron en tener atención tres meses, pero el medico que la atendió, solo recomendó nutrientes y algunas medidas de tipo general pensando que era un desequilibrio hormonal y nutricional posparto, y la mando a su casa nuevamente. El deterioro fue en progreso, comenzando con diarreas, constantes nauseas y vomito, hasta llegar a ese estado, por lo que la familia la llevo a Ensenada con un especialista en ginecología, el que le recomendó que la trajeran con un psiquiatra ya que tenia un desequilibrio de las sustancias que modulan el estado de animo, y la trajeron dándole el diagnostico de depresión posparto, pero para esas alturas ya había una serie de complicaciones que comprometían muchos sistemas, además del hormonal, por lo que el ginecólogo pidió apoyo a medicina interna y esa era la razón por la que mi amigo se estaba haciendo cargo del caso.

     Una semana después me entere que la paciente falleció y este hecho me impacto mucho en varios sentidos, pero el mas importante fue, que en pleno siglo XXI se estuvieran muriendo las pacientes por un hecho tan evidente, y como Tanatólogo debería de comprometerme mas con este tipo de patología. Por esas fechas estaba yo por aceptar una beca para asistir a un curso de Psicofarmacología en la Universidad de Stanford y al revisar el programa se pedía que los becarios debieran de llevar un taller específico y una ponencia de las experiencias de algún tema relacionado al curso, en los lugares de origen. Obviamente me inscribí en el taller de depresión posparto y en el caso de las ponencias, lleve un artículo muy curioso, de observación y deducción puras, de la razón por la cual los pacientes que son sometidos a cirugías muy largas y que necesitan bomba de circulación extracorpórea, tienen alucinaciones de difícil manejo. El curso de depresión por parto tenia un plus, ya que como se relacionaban de manera indirecta, se manejaron los trastornos del comer, como son, la anorexia nervosa, la bulimia y la obesidad mórbida secundaria a los trastornos de ansiedad generalizada.

      A mi regreso dimos unas charlas de lo que implicaba un diagnostico de Depresión Post-Parto y los síntomas y signos mas gruesos para que el medico familiar y los ginecólogos los descubrieran de forma temprana y darles una alternativa a las madres de nuestras clínicas, que presentaran tal trastorno. Obviamente se les indico que en la clínica 20 del IMSS, donde yo trabajo, teníamos el departamento de Tanatología ya hacia mas de tres años y que podían referir a las pacientes que presentaran dicho trastorno.

     Unas semanas después llego una interconsulta referida por un medico familiar, ya que una paciente de el tenia dos años de haber parido y aunque se salía de los parámetros que se habían dictado en el curso, el creyó que aun así estaba dentro de la mayoría de los criterios y que ante la duda, él la enviaba a atención especializada otorgándole el beneficio de la duda.

     Se trataba de Yolanda, una muchacha de clase media alta, de buena cultura, trabajaba como jefa de personal en una maquiladora, pero hacia ya dos años que venia de  una incapacidad  a otra, ya que pensaba, había perdido el objetivo de su vida.

      Recibí el papel de interconsulta y le hice pasar a la oficina.

      Se trataba de una madre joven, bien vestida, pero con una imagen personal un tanto descuidada, y su mirada ausente, como tratando de ocultar algo que le avergonzaba. La invite a sentarse, lo que hizo de inmediato, pero cruzo sus piernas de manera automática y puso sus manos en forma de cruz sobre su pecho, como tratando de defenderse de algo o alguien.

“Y bien  Yolanda, en que puedo servirle” 

--¿no dice nada de mí en la hoja de envío?--- contesto sin apenas verme --- 

“bueno si, pero cabe la casualidad que no consulto papeles y si me gustaría que de tu propia voz me digas en que te puedo ayudar”

    Esto le dio un poco de confianza y recomponiendo un poco su posición en la silla, como bajando un poco los brazos y sentándose mas erguida. 

  • Bien vera doctor ……………………. Y comenzó a contarme todo lo que a continuación relato:

                       Se trataba de una joven emprendedora, muy exigente consigo misma, había estudiado administración y al finalizar, un diplomado en administración de recursos humanos, mismo que la había llevado al puesto actual. En la empresa conoció a su marido y después de conocerse por dos años, decidieron casarse, esperando un par de años para tener su primer hijo. Para esas fechas, ella tenia ya 32 años, bastante madura pero plena y antes de decidir tener a su hijo, ya habían comprado su casita y le habían arreglado una buena recamara a su bebe, incluso arreglaron un  cuarto para que la mama de Yolanda se viniera a pasar unos meses para ayudarla y enseñarle de su experiencia, a como cuidar los primeros meses a su muñeco, pues lo había deseado toda la vida y esperaba que no le faltara nada.

        Por  haberse embarazado por primera vez después de los treinta años se había diagnosticado como “producto valioso” y los cuidados se hicieron un poco mas frecuentes y casi desde el segundo mes los ultrasonidos se realizaban  muy frecuentemente para descubrir cualquier malformación o problema con el niño, en cuanto esto se presentara, lo que afortunadamente no sucedió. Estos cuidados, el diagnostico, la casa la presión del trabajo, la remodelación de los cuartos, pusieron una cuota extra de estrés en su vida.

         Ella había decidido tener a su hijo de forma natural, lo que comento con su Ginecólogo, y al no haber ninguna contraindicación real, estuvo de acuerdo, pero aun que no había ninguna evidencia que complicara el parto, después de que comenzaron los primeros dolores, el trabajo de parto se prolongo muchas horas, pero no había alerta como para sacar al niño por cesárea. Después del alumbramiento, Yolanda quedo muy agotada y perdió mucha sangre y aunque no fue necesario trasfundir, se le miraba muy pálida. Al finalizar la limpieza de la madre y haber suministrado los primeros cuidados al bebe que nació sanísimo, se decidió sedar a la madre para que se recuperara, por lo que Yolanda durmió sin ninguna preocupación y estaba muy contenta, ya que ahí estaba su marido su madre y su hijo y nada les podía pasar.

         Al día siguiente la despertaron para que le diera pecho al bebe, pero lo que debería de ser el encuentro mas feliz, no fue así, Yolanda al sentir al pequeñín en su regazo, experimento un profundo rechazo y comenzó a sentir calor en su cuerpo, hormigueo en sus antebrazos y muchísimas nauseas, lo que pretextó para que se llevaran al niño y posteriormente le daría pecho, lo extraño fue que al alejar al producto se sintió ligeramente mejor. La enfermera trajo un tiraleche, se la extrajo a la mama y de esa manera fue la forma de alimentarlo las primeras horas mientras el cuerpo medico trataba de hacer un diagnostico medico que englobara todos esos síntomas, pero al fin de una semana no había patología posible, por lo que se envió a su casa y con las instrucciones a seguir tanto para alimentar a su hijo, como para cuidarse ella y debería regresar al mes para que los vieran tanto el ginecólogo como el pediatra.

         Ya en la casa Yolanda sentía que cada vez que se acercaba al niño para amamantarlo, esas sensaciones extrañas se volvían a presentar, pero a veces si podía darle de comer y otras le pedía a su mama que se lo llevara y con el tiraleche terminaba de alimentarlo, pero comenzó a sentirse cansada todo el tiempo y se lo achacaba a la anemia ( perdida de sangre), pero se fueron agregando mas síntomas, como llanto fácil, no le llamaba la atención atender a sus visitas, por lo que se negaba pretextando cansancio, debilidad pero lo peor fue que no quería ya levantarse de la cama ni comer, además de terminar rechazando totalmente a su hijo.

         Poco a poco se fue sintiendo que dentro de su corazón se acuñaba  el sentimiento de “mala madre”. Esto le expreso a su Ginecólogo y aunque el bebe se encontraba en perfecto estado de salud, ella había adelgazado y la anemia no había mejorado nada, por lo que le sentenciaron “si no te nutres adecuadamente, te tendremos que transfundir sangre y eso no es lo mas adecuado”. Esto mas que animarla, le obligo un poco a comer pero se sentía perdida, de todo lloraba, no le llamaba la atención siquiera bañarse, ella que era todo propiedad y nunca bajaba a desayunar sin arreglarse, su esposo le insistía, hasta que dejo de hacerlo porque una sugerencia de el en cualquier tema, terminaba en una discusión muy amarga, Se fueron acumulando los meses y los síntomas no  disminuían, se daba todo tipo de consejos, todos los suplementos alimenticios , y la mamá no se regreso a su casa pues veía que Yolanda no podía hacerse cargo del bebe y siempre que había que cambiarlo o alimentarlo, ella estaba presente, lo que Yolanda agradecía, pues sentía que si su mamá no estaba ella podía hacerle algún daño al pequeño.

         Vieron cualquier cantidad de médicos, buscaron muchos remedios y cerca de los dos años, estando Yolanda cortando unas verduras para hacer un determinado platillo, vio venir a su hijo con un juguete hacia donde estaba ella y sintió un deseo intenso de clavárselo en el pecho, por lo que arrojo el cuchillo en el lavadero y salio corriendo de su casa.

         Anduvo caminando de aquí para allá, con un pensamiento metido en su cerebro, “soy mala madre” “no merezco vivir”, siguió caminando sin rumbo y sin darse cuenta se hacia noche y al recobrar el sentido de la realidad estaba sentada en una banca de un jardín  muy lejos de su casa, con una ropa con la que ella nunca se hubiera animado a salir a la calle y con los ojos rojos de tanto llorar, por lo que con muchísima pena se encamino a un abarrote para que le dieran permiso de llamar a su esposo para que la recogiera. El la había estado buscando todo el día, su suegra se había hecho cargo del hijo pero le hablo a la oficina para avisar que ella no estaba y no sabía hacia donde se había dirigido. La recogió y en el camino ella externo la necesidad de ver a alguien que la ayudara, pues eso no podía seguir así, que se había dado cuenta que odiaba a su hijo y que no lo soportaba y aun que ella trataba siempre de tratarlo bien, era necesario que su mamá estuviera presente  para que ella no perdiera los estribos y le hiciera daño.

         Era obvio que se necesitaba atención profesional, por lo que la llevaron a su ginecólogo el que sugirió que la enviaran a mi consulta,  el medico familiar dio el pase y la información directa de mi oficina; pasamos pues de los antecedentes al presente y después de aplicarle algunas pruebas escritas y escuchar esta gamma de síntomas, se determino que se tenia como diagnostico << depresión posparto >> y era necesario además de una terapia psicológica, el uso de psico fármacos y la vigilancia estrecha de un visor por lo menos de tres semanas y evitarle la responsabilidad del manejo de su hijo por el mismo periodo.

         Se cito 15 días después y había una mejoría muy importante y un mes después se le fueron dejando  nuevamente las responsabilidades, y una a una las fue superando exitosamente, y la mas importante que fue ver a su hijo con alegría, con cariño y ternura se logro hasta los tres meses, por lo que su mama se regreso a su tierra seis meses después de iniciada la terapia, donde ella fue pieza fundamental. El esposo encontró nuevamente el rumbo, pues se pudo despreocupar mucho del manejo de su casa ya que al ser retomadas las obligaciones por la esposa, todo parecía andar sobre ruedas y no solo eso, tenía nuevamente con quien platicar y su vida marital se renovó por completo. Ocho meses después su empresa decidió solicitarle el traslado a Ensenada como gerente general de su sucursal a lo que ella accedió gustosa, por fin había recuperado su vida.

         Cabe mencionar que la paciente duro dos años viniendo a la consulta desde Ensenada, llevando al pie de la letra su tratamiento farmacológico y su terapia cognitiva y al final de este periodo y después de una técnica de “destete” o deprivación de los fármacos, actualmente Yolanda lleva su vida normal y me ha informado que esta nuevamente embarazada y con una vigilancia muy estrecha tendrá a su bebe y no padecerá nunca mas ese infierno.

   Adendum:    Cabe mencionar que esta es una publicación semanal y la puede buscar en esta sección todos los lunes. Además el ultimo viernes de cada mes nos podrá escuchar por la frecuencia 1420 de AM en nuestro programa mensual, y si tiene alguna sugerencia o desea consultar o enviar su caso, se le atenderá en el correo electrónico instati@hotmail.com. O bien nos puede hablar al 682-19-65